viernes, 7 de marzo de 2008

Quien se ha llevado mi...

Cada vez que leo la famosa historia del queso (mejor si va con música de Sabina preguntando por su mes de abril) no puedo evitar tener un sentimiento encontrado.

Por una parte, no puedo negar la sabiduría del mensaje: el "queso", sea lo que sea eso, no es inmutable y en cualquier momento, puede "acabarse"... Pero por la otra, siento la amenaza latente por cuenta de aquellos que de tiempo en tiempo, tienen el queso en sus manos y por lo mismo, pueden presionar con la amenaza de quitárnoslo...

Me impresiona la historia esa... hace poco la comentada con un amigo, un experto en cambio que usa la historia en sus clases, tanto en la universidad como en empresas que deben aceptar y adoptar el "cambio" (Oh! Lavín, cuanta sabiduría en una propaganda)... Y, como es de esperar, cualquier conversación debe incluir un espacio no menor para enterarse de la vida, milagros y vicisitudes de nuestros conocidos, así que en un momento, nos acordamos de un amigo -llamémoslo Flanders- que hoy se encuentra bastante "atorado" en la empresa en que trabaja. Y como parte de la conversación, le cuento al experto en cambio (si el uso del título es maliciosamente intencional) que Flanders está esperando que lo echen de la pega... y mi amigo el experto me responde con algunas preguntas ¿pero está loco? ¿qué va a hacer Flanders fuera de la empresa? ¿esperará que lo contrate otra empresa igual y lo someta de la misma manera?
A Flanders le están quitando el queso. No es que se esté acabando, claro que no, pero hay un ejecutivo tóxico, un huevón de la peor especie, el que está haciendo con Flanders, el experimento del alemán con la pulga o del avaro con el caballo y como en ambos chistes, este ejecutivo va a llegar a una conclusión similar: justo cuando estaba por reponer la esclavitud, le renuncian los empleados...

Y claro, los ejecutivos tóxicos se conocen el cuento de memoria... Les es altamente funcional, repiten con insistencia: todo es dinámico; el que no se sube, se queda abajo; no dejes que se lleven tu queso, búscanos queso en otras partes. Nótese el uso intencional del plural: "búscanos" el ejecutivo tóxico sabe que necesita queso y por lo general, es incapaz de agenciarselo... así que consigue que otros (a quienes trata casi como esclavos) le busquen el queso, y como él es el jefe sabio, entonces no sólo le deben traer el queso a su oficina, también le toca la parte más grande en la repartición.

El problema del queso, tal y como lo detallaba hace años la serie "Babylon 5", es que es caos. El cuento parte con una declaración básica: el queso es lo que usted quiera que sea. Pero hay una gran cantidad de personas que prefieren que les digan desde fuera que es su queso, a definirlo por si mismas... Quizá sea necesario deternerse un poco en esto y retomar "Babylon 5", que como casi todas las grandes series de ciencia ficción, al final exploran preguntas mucho más filosóficas de lo que sus fans se atrevieron a imaginar cuando las empezaron a ver soñando con naves espaciales. En esta serie, y después de cuatro temporadas, la eterna dicotomía entre bien y mal, infierno y cielo, luz y sombra, ángeles expulsados y dios, se reduce a elegir entre dos preguntas:
"Quién eres", que es la pregunta del orden, la que lleva a tener un norte; esos principios fundamentales, invariantes, aquellos a los que en un momento el diputado Allamand se refirió poéticamente como las estrellas que guían al navegante cuando llega la oscuridad de la duda... Y a la que una amiga respondió con pasión: sólo una más del montón, ni virgen, ni bruja, ni madre, ni esposa...
"Qué quieres", que es la pregunta del caos, la que tiene tantas respuestas distintas como veces se haga la pregunta... Hoy puedo querer fama, mañana éxito profesional, pasado una relación de pareja, venganza, dinero, tranquilidad, placer, etc. Es la pregunta de la pirinola de las mil caras y cada respuesta obedece a la particular ordenación de los deseos y fuerzas que mueven a la humanidad y a cada persona en particular. Tal como señala la teoría del caos: hay tantas variables que influyen en la respuesta, que es casi impredecible la respuesta...
El lector atento notará que intencionalmente he usado una taxonomía diferente al plantear la dicotomía, que al plantear las preguntas... tómese un momento y viva la aventura de seleccionar cual corresponde a cual...

Y eso porque el problema del caos, es que historicamente nos han enseñado a pensar mal de él. "Caótica resultó la sesión donde se debatió..." y uno ya sabe que las cosas fueron mal... "Ordena esa habitación que es un caos" dice la enojada madre al pequeño... "Ibamos derecho al caos, pero dimos un giro en 360º" sentenció cierto caballero, demostrando que entre otras cosas, también ignoraba la geometría básica (es que no se acordaba, pero no era cierto).

Y claro, todas las grandes religiones, es decir aquellas que están presentes en la vida de casi el 90% de la humanidad (aún de aquellos que se declaran ateos, agnósticos o herejes) pretenden "ordenar" la vida, llevarnos a la luz y alejarnos del maligno caos...

Pero el queso es caos. Y en la mentalidad de un montón de borregos (que prefieren no correr el riesgo de acercarse al "precipicio" del caos y dar un paso adelante!) es más fácil que llegue un iluminado y les diga cual es el queso que tienen que querer...
Y lamentablemente, el iluminado jefe tóxico, de pronto, usa la historia en contra del sentido original...

Uno debe acercarse al caos, debe dar ese paso y zambullirse ("¿qué harías si no tuvieras miedo?" "Cuando dejas atrás el miedo, te sientes libre"). Uno debe preguntarse cual es el queso, a corto, mediano y largo plazo; y buscarlo por si mismo, no por otros... (ni siquiera por ese otro al que elegimos de entre la multitud para transformarse en ese "otro altamente significativo en mi vida"; pues como dicen los divorciados, se lleva el queso, y la casa, y los hijos, y....)

Quizá para algunos, el queso sea el orden formalizado. Eso es lo más lindo, al final, el órden sólo puede venir del caos... Y el caos son todas las oportunidades, libres y dispuestas...

(voy a comerme un rico queso!)

martes, 12 de febrero de 2008

Un homenaje de 25 años...

Hoy, escribo con nostalgia... Hace 25 años, en el marco del festival para formar Unima Chile, nosotros, los miembros de la Compañía de títeres Guiñol, presentábamos la obra infantil: "El Fantasmita Pluff", una historia que como su nombre indica, incluye un fantasma y por lo mismo, personajes "reales" que se desmayan...

Recuerdo estar ensayando, en medio de una tarde de febrero, en un departamento de Viña del Mar, y en uno de los momentos más dramáticos, la protagonista (cuyo nombre ahora se me escapa) cae desmayada mientras de sus labios brota el llamado a su amado: "Sebastiánnnnnnn"...

En ese momento, escuchamos voces alarmadas desde fuera de la ventana: "Señora, señora!, ¿se siente bien? ¿le pasa algo? ¿necesita ayuda?" lo cual obligó a suspender el ensayo... Al mirar por la ventana, vimos a dos señoras, ambas mayores, con la preocupación pintada en la cara: "¿está bien la señora? ¡escuchamos un pedido de auxilio!"

Se necesitaron cerca de 10 minutos para demostrarles que no era un ser humano "real", sino un personaje de una obra de títeres, mi madre, que manipulaba a la protagonista, tuvo que mostrar a la muñeca por la ventana y hacer la voz correspondiente (incluyendo el llamado "Sebastiáaaannnn") para que las señoras superaran sus temores y liberaran toda la preocupación... Por supuesto, se las invitó a presenciar la obra en el Palacio de la Rioja, donde se hacían las presentaciones, aunque nunca supe si asistieron o no.

Han pasado 25 años de esta historia. Durante este tiempo he contado varias veces la anécdota, y casi todas las veces hay un toque de humor entre la inocencia de las señoras y la excelencia de la presentación (que resultó tan creíble).

Pero hoy quiero rendir un homenaje a esas dos señoras, que tuvieron el valor y la sensibilidad social de interrumpir su camino, y llamar a viva voz ante lo que suponían, era una señora en apuros. No se contentaron con una simple respuesta, e insistieron en comprobar que nadie había sufrido. Sin duda una actitud bastante desusada en la actualidad.

Hay algo de poesía en no saber los nombres de las homenajeadas. Ellas no actuaron por interés heroíco (si alguna vive y llega a leer este homenaje, puede que hasta haya olvidado la historia) ellas simplemente hicieron lo que les era lógico y razonable hacer: preocuparse y actuar en función de sus posibilidades (aún cuando ello les significara más de un contratiempo).

Han pasado 25 años. Hoy esa anécdota me levanta el ánimo y me impulsa en un sentido éticamente correcto. Espero que lo mismo le pase a quienes lleguen a esta página y lean esta historia...

A fin de cuentas, la acción adecuada en el momento adecuado, puede no requerir más que valor y muy poco esfuerzo. Y quizá en el momento no parezca tener gran significado... o quizá si.

Estimadas señoras, nunca olvidaré la lección que hoy, después de 25 años, me siguen transmitiendo.

jueves, 17 de enero de 2008

De contratos sociales, gente tóxica y el número de Dunbar...

Pocas veces en mi vida, he leido con tanta facilidad un libro que no sea de ficción... O quizá porque si podría serlo... Iñaki Piñuel habla del neomanagement y los Jefes Tóxicos que tan facilmente procrean y las víctimas de estos...

Pero esta no es una crítica literaria, ni una alabanza a don Iñaki, sino más bien, mi propia reflexión profundamente inspirada por ese libro que debiera ser de lectura obligada en las escuelas de economía, particularmente las de "chicago"...

De los libros que yo debería leer, seguro que debiera estar "El Contrato Social" de Russeau teniendo algunas nociones, discutidas en ambientes indignos de la importancia de la obra, y pagado de mi mismo, como todo buen intelectualoide que se respete, en más de una oportunidad he recurrido -en forma ligera, claro- a Russeau para acallar a algunos anarquistas más simplones que yo... No es difícil, son pocos los que han leído y que tienen fé en lo que dicen, así que un par de preguntas, unas pruebas más o menos sencillas y se van de espaldas...

Eso hasta que leí el nuevo contrato social, propuesto por el neomanagement (y gran parte del liberalismo económico) y detectado como tal en el libro de Piñuel...

¿es posible que la sociedad llegue a ser su propia peor enemigo? es decir, una sociedad donde los socios actúan en contra de los intereses que han declarado como comunes?

Piñuel habla del nuevo contrato social, el de la indiferencia. Yo soy indiferente a tu dolor, a tus problemas, a tus emergencias, y eso no es meramente mirar hacia el lado, es un contrato: si el día de mañana, yo soy víctima, tengo problemas o emergencias, entonces no recurriré a ti.

Soy un individuo, soy fuerte y el medio me estimula a rascarme por mi mismo... Y si no llego a rascarme alguna parte que pica, no es cuestión de recurrir al del lado; es un problema mio, pues no me he desarrollado lo suficiente como para poder rascarme solito...
Hemos pasado de un imperativo ético social, a una situación de elección personal...

¿le suena conocido?

Nuestra sociedad declama algo así. Lo hemos visto en las AFPs: son sus propios ahorros y si no ahorró lo suficiente, entonces es su culpa, de nadie más... en las universidades: Ustedes se metieron a estudiar para peritos criminalísticos: wajajaja!!! en las empresas: Ud. no se ha actualizado lo suficiente; debió dejar de lado a su familia y hacer un postitulagrado en espiroquetas cromosómicas que nos permitieran mantenerlo empleado ya que su doctorado en espiroquetas subsónicas no le sirve de nada...

Pero esto no acaba ahí, tenemos un segundo nivel asociado a este contrato, y es el de aceptar como falla propia, aquellas situaciones donde uno es víctima de otros: ¿te asaltaron, pero como ibas sólo por ese lugar que es tan peligroso? ¿cómo no se te ocurre tener alarma en tu casa, es una invitación a los ladrones? ¡pero Natty, adolescente, ebria y con cuatro desconocidos, es tu culpa que te hayan filmado y subido a youtube!!! Y reconozcámoslo, no en pocas oportunidades caemos en ese pensamiento: "la víctima es la culpable"...

¿qué es lo que falla?

Hace pocos días asaltaron el local de una amiga. Ella lleva toda su vida en el barrio, su casa es de esas "herencias familiares" que recibió de su abuela (aún es de su madre) y espera legarle a sus nietas, su local, es un bazar (con una máquina de sencillito que ahora está devolviendo) y su seguridad está dada por un mesón alto y una clientela que -la mayoría- la conocen desde chica... Ella hace barrio. Su local es punto de encuentro y conversación... Desde el transantiago, el tag, pokemones o las elecciones, no hay tema tabú. Inmediatamente después del asalto, ella avisó a Carabineros y a la gente de Sencillito... Y aunque el sistema ha estado mal casi todo el mes, esta vez llegaron en menos de cinco minutos. No le preguntaron como estaba ella, sino que querían hacer el arqueo de la máquina. Y una vez hecho eso y habiéndole pedido que documentara la cantidad robada, la "instruyeron" para que pusiera una reja que proteja la máquina y la recaudación...

¿alo?
"lo que pierde el hombre por el contrato social es su libertad natural y un derecho ilimitado a todo lo que intenta y puede alcanzar; lo que gana en él mismo es la libertad civil y la propiedad a todo lo que posee." (JJR)
Por otra parte, Robin Dunbar, antropólogo, llegó -en 1992- a una conclusión más que interesante. Ningún grupo humano puede funcionar sin jerarquía si excede de 150 personas. Simple y sencillo, hay un límite en la cantidad de relaciones que se pueden establecer y, como aspecto interesante del tema, está dado por un tema fisiológico... (quizá algunas personas puedan establecer mayor número de relaciones, pero en el promedio, se mantiene; de ello, eso sí, se quitan las relaciones jerárquicas, un jefe no mantiene relaciones sociales con sus subordinados ni con sus superiores).

El problema del contrato social de Russeau, desde mi perspectiva, es que en nuestra sociedad globalizada, ese número mágico se alcanza fácilmente "lejos" de casa. Antes (y me refiero a apenas la década de los 80s) era necesario sostener un gran número de relaciones cerca de casa. Con nuestro almacenero y sus clientes habituales, posiblemente en el bar de Moe (o como se llame el local de su barrio, si Ud. no vive en Springfield) con los vecinos a los que había que conocer -y saber si tenían teléfono o incluso ofrecerles el propio- con los demás apoderados del colegio al que había que llegar caminando...

Pero la globalización, las nuevas tecnologías, y la bonanza económica, nos han cambiado el panorama.

Hoy pocos viven "cerca" del trabajo. Mejor aún, teniendo carreteras concesionadas y tag, puedo moverme 15 o 20 kilométros en pocos minutos y eso significa cruzar la ciudad de un extremo a otro (al menos una tan loca como Santiago).

Pocos mandan a sus hijos al colegio del barrio. Por el contrario, luego de un acabado estudio del SIMCE y la PSU, se opta por aquellos colegios de mayor prestigio y se contrata a la tia del furgón escolar... Que importa que los compañeros de mi hijo vivan al otro lado del mundo, si les toca hacer un trabajo en grupo, que se reunan en el mismo colegio con jornada escolar completa, y así no conozco a los padres (alguien me comentó que cada vez es más frecuente celebrar cumpleaños en los casinos de los colegios!!! ¿será cierto?)

Pocos conocen a los clientes habituales del almacenero... de hecho, pocos conocen al almacenero, para eso están los malls y los supermercados de lujo (¡uno en su barrio, si no ahora, lueguito!) y allí las prácticas de mobbing (de vuelta a Piñuel y los jefes tóxicos) impiden que se establezca una relación "cercana" entre asistentes de ventas y clientes...

Pocos conocen a sus vecinos... es más fácil chatear con aquellos con quienes compartimos ideales o gustos... Y a ellos los encontramos en facebook, messenger, o el blog... (¿habrá algo más extraño que una fiesta "de barrio"?)

Y no olvidemos el tomar vacaciones en algún resort perdido en el mundo, que me permita mostrar fotos de lugares (y lugareñas de pocas prendas) a mis conocidos de internet (alguien dijo flicker o fotolog?)

¿quién tiene tiempo para el mendigo del barrio? (a menos que sea el primo del ex-presidente)
¿quién reconoce a su cartero? ¿al basurero? ¿al vecino? ¿quién tiene tiempo que regalarles? en un mundo donde "tiempo es dinero"

Y más grave aún: quien tiene el privilegio de poder "desperdiciar" relaciones en esas personas, si sólo podemos manejar 150 relaciones estables???

Quizá sea hora de revisar nuestros contratos sociales. No está demás que un contrato no es para el momento en que somos amigos y nos queremos... es para aquellos momentos en que nuestras relaciones están tensas...


Si Ud. ha leido esto, le agradezco haberme colocado -aunque sea temporalmente- en ese exclusivo grupo de 150 relaciones. He hecho mi mejor esfuerzo para que no sea una mera pérdida de tan preciado bien...

jueves, 27 de diciembre de 2007

Un regalo inesperado...

Esta navidad fue diferente... me hicieron un regalo inespereado y hasta ahora, aún no termino de digerirlo...

De hecho, fue antes de navidad, el domingo previo, cuando de manera imprevista, me regalaron una verdad...

"Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio"...

¿recuerdas cuando ibamos a escuchar a Serrat? ¿las veces que mirabas ensoñadoramente, pensando en que Serrat venía y yo no tenía ni un duro para verlo? ¿la alegría al conseguir las entradas? (¿los reclamos por no estar en primera fila, en la pista, para acercartele?)

La verdad no es triste, pero la comprobación de tus mentiras si lo es... ¿cómo pudiste culparme a mi de lo mal de nuestra relación, cuando eras tu la que andaba con otro? ¿cómo tuviste el descaro de decir "démosnos un tiempo para ver si nos echamos de menos", cuando lo que querías era poder saltar a sus brazos? ¿cuándo decidiste que ese lindo vestido de gala, pagado en cuotas, iba a ser destrozado en una noche de infidelidad, soportada por un tinglado de mentiras absurdas y descaradas?

Hoy, a un año de nuestra separación, me ha vuelto a sangrar la herida.. pero esta vez, espero, será para cerrar de manera limpia, remecida por una verdad que se asomaba detrás de cada una de tus mentiras, pero que orgullosa y tozudamente negabas...

Hoy, a un año de nuestra separación, me puedo cortar los cuernos que maliciosamente me pusiste. Pues al menos sé que los tuve y puedo putear por ello, hasta que caigan...

Si, me enteré de tu matrimonio secreto con aquél que fue incapaz de mantener ni sus hábitos ni sus votos religiosos en su lugar, y que mientras "nos dábamos un tiempo para ver si nos echabamos de menos" concebiste un hijo...

Hoy, sólo me queda una pregunta: ¿cómo pudiste tener el descaro de pararte en el pesebre de la plaza de armas vestida de "virgen María", con tu amante disfrazado de "San José" y el fruto de tus mentiras e infidelidad como "niño Jesús"???

Hoy me exorciso de ti... aún queda un poco que sangrar, sobre todo para que se vaya tu veneno, pero la verdadera cura ha comenzado en el momento de publicar estas palabras... Y terminará el día que pueda alzar la copa y brindar a tu salud...

miércoles, 19 de diciembre de 2007

en un mundo ligeramente diferente...

La señora juanita, es medio regordeta, tiene las caderas propias de una mujer de pueblo que ha parido dos o tres hijos. Ella escogió ser madre y tener un lugar privilegiado en la educación de sus hijos. Como es muy meticulosa, las vecinas le piden ayuda con costuras o encintados, que le permiten disponer de algunos ingresos extras para su familia, mientras ayuda a sus hijos con las tareas, o les regaña si hacen alguna embarrada (alguna vez les ha dado un coscorrón, pero ha sido "el mal menor"). En pocas palabras, es el alma y corazón de su hogar.

La patty es una escolar más, de lentes y frenillos podría ser una "perna" más entre sus compañeros, sobre todo por su rendimiento académico, pero su constante buen humor, su disposición para ayudar y su espíritu solidario, han permitido que una vez más salga elegida "la mejor compañera" por aclamación.

Josefa podría ser una más en la empresa, pero es ordenada y eficiente. Quizá le ayudaría un poco el ser más sociable, pero es un destacada profesional. Su blog, dedicado a su actividad profesional, tiene muchos seguidores que constantemente encuentran allí aquél "detalle" que permite hacer la diferencia entre un buen trabajo y uno sobresaliente.

Doña Adriana es una activa mujer de la "tercera edad" que luego de criar a sus hijos, decidió que quería expandir sus horizontes. Junto con sus amigas de toda la vida, participa de talleres y viajes por el mundo. Sus experiencias de vida son una constante fuente de entretenimiento para sus nietos (y los amigos de estos).

La Miryam es madre soltera y trabaja de cajera en un supermercado. No tiene idea que fue del padre de su hijo, pero aprendió que debe responsabilizarse de las acciones y lo hace día a día. Siempre mira a su hijo con ternura y nunca se le ocurriría responsabilizarlo de "arruinar su vida". Claramente sus sueños cambiaron, pero sus nuevos sueños incluyen a su hijo, y la labor que hace ayudando a otras mujeres (muchas adolescentes) a aceptar que la vida es lo que es, y no lo que vende la tv.

Ellas son las nuevas America's next top-models. Cada una en su correspondiente categoría.

Felicitamos al jurado por su arduo trabajo, que significó elegir a sólo cinco ganadoras entre las casi 9 millones de candidatas (se descuentan a 500.000.- que se dedican a la más vacía de las farándulas).

También agradecemos la confianza depositada por este canal, al transmitir cada etapa de la selección de estas mujeres que representan y viven en el día a día, los más importantes valores de nuestra sociedad.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Cibernética Navidad...

Inspirado por Sui Genesis (hace un rato que ando dedicado a la música), recuerdo que hubo un tiempo que fue hermoso... y eramos libres de verdad... Claro, era "Quisiera saber tu nombre, tu lugar tu dirección, y si te han puesto un teléfono, también su numeración"... bastaban esos pocos datos hace apenas dos o tres décadas.

Pero hoy, en pleno año 2007 descubro que tengo uno (o más) números de celular donde ubicarte; tengo el teléfono de tu oficina y de tu casa (y el de tus viejos para recados), tu anexo, el número de tu beeper, tu número de fax; los correos electrónicos: el de la pega, el de los amigos, aquél especial que creaste sólo para que nos comunicaramos...

Por si fuera poco, te tengo entre los contactos del messenger, del yahoo, del google, del jabber y del ICQ, sin considerar que estás en mis grupos de fotolog, te comento los blogs, veo tus v-logs y los comento. Pertenezco a tus grupos y redes sociales en Facebook, MSN, MySpace... A veces peleamos por las news y claro, no pocas veces te llamo por VoIP...

Cuando ha sido cumpleaños, onomástico o el día del tomate verde frito, nos hemos llenado de tarjetas animadas y otras sin animar, gracias tarjetas virtuales por estar ahí, a la mano.

Pero sabes, en esta navidad, necesito pedirte algo especial. Algo que ni toda la tecnología podria aproximar jamás: Necesito un abrazo tuyo. Un abrazo fuerte, intenso y por sobre todo honesto, uno de esos abrazos interminables, de esos que te devuelven la fe en la humanidad. Un abrazo dado y recibido, apretado, de esos donde escuchas la respiración del otro en tu oreja y sientes el movimiento del esternón.

Necesito un abrazo humano, pero por sobre todo real...

Necesito saber que seguimos existiendo después que nos desconectamos de la red...

jueves, 13 de diciembre de 2007

Banda sonora... (repensada por mägo de oz)

A veces, una melodía sirve para esquivar besos, esos besos que lanza el infortunio y que nacen de labios anónimos cocidos con amaneceres a la boca de la vida. Otras veces, una melodía se pone el traje de los domingos y hace que la tristeza tuerza el gesto, que baje la mirada y se vacíe de esa agua salada que llueve cuando se cubre de nubes el cielo del Alma
Txus di Fellatio, el Príncipe de la Dulce Pena, Mägo de Oz

En esta oportunidad cedo a los inspirados versos de Txus en "La Ciudad de los Árboles":

Siempre has soñado con poder salir
de tu cárcel de cristal
y las paredes de tu habitación
se parten el culo de ti

Hoy los barrotes que hacen tu prisión
son el miedo a fracasar
son invisibles, son un disfraz
con el que amueblaron tu hogar

Deja de llorar
por lo que un día perdiste
deja ya de esperar
que el tiempo te calme
la ausencia que causa un adiós

Deja de llorar
tus lágrimas te van a ahogar
sálvate
y no te fallaré

Echa a andar
y si la vida te pisa
desenvaina una sonrisa
y vuélvete a levantar

Se que es muy fácil ponerme en tu piel
se que es jodido vivir
pero no existe fuerza motriz
más fuerte que tu voluntad

Deja ya de esperar
y achica tus penas con risas
no quita la soledad
las manchas de olvido
que deja un adiós al pasar

Una vez escribí a quien amaré hasta el día en que me muera que la diferencia entre una casa y un hogar, es que la primera está hecha de ladillos y la segunda, de amor...
Que lindo poder escribir así... Un saludo a todos los de Mägo de Oz, de un fanático anónimo chileno...