lunes, 3 de diciembre de 2007

Solidaridad Institucionalizada...

Me gustaría poder decir, con la frente muy en alto, "Yo no aporto a la teletón".

Pero claramente no puedo.

La teletón es la solidaridad institucionalizada, decir que no colaboras en ella, te hace merecedor del nombre "Scrooge" y obliga a que te visiten los fantasmas del pasado, presente y futuro... Lo único que no sé, es si son fantasmas de navidades o de teletones... De La Maza, alcalde que no es santo de mi devoción, tuvo la loca idea de proponer un cambio en el modelo (no más publicidad que no paga impuestos en las calles) y nadie lo pescó ni en bajada (bueno, algunos lo miraron con la misma expresión que se mira a un asesino en masa de niños).

Pero además no puedo, porque no sería del todo correcto. Si aporto, pero indirectamente, pues parte de mis impuestos se van a la teletón, producto de ese acuerdo entre el estado la fundación que permite salvar a Don Francisco de tener que reconocer que no llegan a la meta... pero esa es otra historia...

No voy a reclamar porque sienta que dos mil millones es un precio demasiado alto para un evento que recauda 14 mil... ni voy a reclamar porque pese a recibir recursos del presupuesto nacional, no muestran en detalle los gastos... Ni siquiera voy a reclamar por el discurso totalmente incoherente de Vivi K, reclamando que está bien que la gente apoye a la teletón, mientras no reciba publicidad por ello.. (¿sabrá algo respecto de que se trata la teletón?)

Hoy siento que mi misión es otra...

Es hablar de una institución poco conocida, que hace una labor super importante, pero de manera ni tan parafernálica ni tan publicitaria...

El Sanatorio Marítimo San Juan de Dios, es una institución que también atiende a niños, pero niños con daño neurológico severo, derivados de la red de salud o del Servicio Nacional de Menores, por encontrarse con sus derechos vulnerados y en estado de abandono familiar.

No son una institución masiva como la teletón, atienden en todas sus necesidades a 51 niños. les dan una oportunidad real.

Y como todas las instituciones de esta naturaleza, requieren apoyo... No van a hacer una teletón, aunque hacen cenas, bingos y otras actividades para captar socios o ayudas eventuales.

Y tengo que manifestar mi más completa satisfacción respecto de la forma en que se gastan el dinero que se aporta... En particular y lo que motivó esta nota, es la carta que recibí hoy.

Una carta normal, en un sobre simple y con la dirección impresa en etiqueta autoadhesiva. Adentro, una hoja tamaño carta (¡que obvio!) con un mensaje directo de saludo, agradecimiento y buenos deseos en navidad y para el próximo año. Sinceramente, me encantó que no gastaran en una tarjeta navideña. El mensaje me pareció preciso y directo. Es lo que uno esperaría de una institución religiosa que hace caridad...

Aproveché de mirar el sitio web (www.sanatoriomaritimo.cl) y aunque no se si me termina de convencer el diseño (en cosa de gustos!) me gusta que la cuenta del año anterior esté destacada desde la página principal.

Al aportar al sanatorio, no va a recibir chapitas, adhesivos para el auto, o la absolución de los pecados. Si entregan algunas cosas (un calendario de mesa y otros de bolsillo) con los que se puede intentar captar más socios... No va a salir en la televisión y probablemente pocos sepan de su participación.

Pero es una institución hermosa, donde valoran cada aporte... Y si Ud. quiere colaborar, puede hacerlo como indican en la página o avisarme, yo le puedo enviar al captador que viene a verme cada tres meses para mi modesta colaboración...

Eso si, no lo haga por lástima, esos niños merecen una oportunidad de sonreir... No son una receptáculo donde vaciar culpas (reales o imaginarias).

Yo volveré a mi colaboración anónima, pero en estos días de solidaridad institucionalizada, es bueno recordar que aún quedan muchas instituciones cuya misión y visión infunden esperanza sin culpa ni obligación... El sanatorio marítimo San Juan de Dios, es una de ellas.

1 comentario:

LiRio dijo...

totalmente de acuerdo...
como siempre..

y que no sepa la mano derecha
lo que hace la izquierda

un abrazote.