Volver a los 17...

"Después de vivir un siglo" o lo que a los 17 parecia un siglo: llegar a los 40; haber tenido una larga relación que había desaparecido en un instante...

La radio traia los acordes hasta mi mesa, hora de almuerzo, sólo una vez más, machacándome el alma el cantito ese de la Violeta, tantas veces oido, y que ahora, con 40 y solitario, tomaba nuevo significado.

Ella llegó y se sentó en una mesa lejana, se la veía melancólica, como quien hace una segunda voz en un karaoke, cantando bajito, escondido en medio del público sin querer llamar la atención.

Y ahí estaba yo, acompañado de Violeta y jugando a "descifrar signos, sin ser sabio competente".

Me paro, atravieso el comedor y con una decisión indecisa trastocada por una reciente separación que me merma el alma, me acerco a su mesa ("volver a ser de repente, tan frágil como un segundo").

Me acerco y me presento, pero descubro que estoy conteniendo el aire, que mi voz no se asoma (pero como, eso no es de otra canción? a si, volvamos a Violeta: "volver a sentir profundo, como un niño frente a Dios")

En eso suena un celular, ringtone weón... ella contesta y levanta la vista, y en ese instante, me sonríe amable... ("eso es lo que siento yoooo, en este instante fecundo..")...

La llamada parece importante, sin embargo, algo en sus ojos me hace creer que la sonrisa está dirigida a mi, más que a quien le habla ("se va enredaaaando, enredandoooo, como en el muro, la hiedraaa...")

baja la vista, algo de la llamada no le gustó, un creciente disgusto aparece en su rostro... ("y va brotando, brotando...")...

Al final corta, me vuelve a sonreir enigmáticamente ("como el musguito en la piedra", bis)...

Y me pide la cuenta... ("ay si si si...")

Bue, sabía que esto de ser garzón iba a traerme días así, pero mañana, cuando pida el especial de la casa, le devolveré esa sonrisa enigmática...